Lo negro del género negro
- Federico Elenes
- 1 oct 2018
- 3 Min. de lectura

¿Qué es el género negro? Los géneros literarios tienden a ser elásticos, pero no es demasiado difícil delimitar ciertas características. El género romántico, por ejemplo, es una historia de amor donde la pareja tiene que sortear una serie de obstáculos: decepciones, engaños, mentiras, malos entendidos, hasta quedar juntas.
El término de género negro no se originó en la literatura, sino en el cine, y es un término tanto estilístico como temático. En este tipo de cine, por ejemplo, vemos mucho contraste entre blancos y negros, las caras de los personajes se muestran mitad en luz, mitad en oscuro, está la clásica toma con sombras de persianas sobre el personaje, hay un predominio de escenas nocturnas, sobre todo las climáticas. Es un género con mucho experimento estilístico, tanto en literatura como en el cine. Involucra uno o más crímenes. Hay violencia, desde luego, variable, de lo moderado a lo muy intenso y estrujante. Sin embargo, no todas las historias de asesinatos son historias negras. Las obras de Ágata Christie, por ejemplo, se desarrollan en un ambiente muy decente, muy británico, donde se da por hecho que una acción tan desagradable como matar a alguien es una excepción de muy mal gusto. El protagonista usa su habilidad, su excepcional capacidad de observación, su inteligencia -las famosas “pequeñas células grises” de Hércules Poirot- para dar con el culpable. Es astuto; nunca, o muy rara vez, violento. No lo vemos portando un arma. El inventor de este tipo de historias fue Edgar Allan Poe con su Asesinatos en la Rue Morgue, y su investigador Dupin fue el modelo para los que lo siguieron: Sherlock Holmes, el mencionado Poirot, Nero Wolfe. La cuestión se soluciona y el orden se restablece. Todos respiran más tranquilos.
El ambiente del género negro propiamente dicho es muy distinto. Es oscuro, laberíntico, caótico. Véase, por ejemplo, las calles y las cloacas de la Viena de postguerra de El tercer hombre.
El orden no se restablece, porque no hay un orden que restablecer. El protagonista es, sí, hábil, observador, inteligente, pero sobre todo es duro. Lo es porque vive en un mundo en el que solo puede confiar en sí mismo, su ingenio y su arma. Otro elemento es la venalidad general. Nadie es derecho, todo mundo tiene un “asunto”. Finalmente, no invariable, pero sí muy frecuente, está la mujer fatal. Ejemplifican el género las obras de Dashiell Hammett y Raymond Chandler. De este último, su protagonista Phillip Marlowe es el prototipo del antihéroe.
Lo que más define al género es una actitud de escepticismo, desconfianza. Hay un cuestionamiento de la sociedad. Ahí es donde se distingue el género negro de otros muy emparentados, como la novela de misterio que ya mencioné, o del thriller. Este último busca la emoción; el protagonista puede encontrarse en una situación muy comprometida, pero no hay ese cuestionamiento. No hay esa incertidumbre moral.
No es de sorprender que en la situación en que nos encontramos en México este género está teniendo auge. Nos describe nuestro entorno y nuestro caos. Pero dentro de estas descripciones angustiantes, truculentas, la novela negra sugiere que las cosas pueden ser de otra manera.
El escritor norteamericano EB White opinó que la tarea del escritor era elevar el espíritu, no bajarlo. ¿Cómo logra eso un género cuya característica es mostrar el lado oscuro del humano? ¿No conseguirá lo contrario? Creo que tenemos que conocernos en todos los sentidos. Enfrentarnos a lo Oscuro. De ese enfrentamiento surgirá, espero, un entendimiento. De ese entendimiento vendrá una empatía hacia todos nosotros humanos, que somos seres fallidos, incompletos. Pregunto: ¿cómo habremos de entendernos, si no nos conocemos? Las principales corrientes espirituales del mundo, cristianismo, islam, budismo, en sus formas puras, no contaminadas, coinciden en este punto.
Hay más. Viene en las palabras del Dalai Lama: “Solo cuando el individuo acepta responsabilidad personal comienza a tomar iniciativa. Gritar y quejarse no basta. Un cambio genuino debe venir primero de dentro del individuo, luego ya puede intentar hacer contribuciones significativas para la humanidad. El altruismo no es meramente un ideal religioso; es un requisito indispensable para toda la humanidad”.
No sé si pueda lograr tanta cosa. Si espero sensibilizar un poco.
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